Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos suyos, pues ¡lo somos! (1 Juan 3, 1)
![]() |
Dios es nuestro Padre |
La historia de la relación de Dios con los hombres es una historia de amor que empieza en los orígenes de la creación, una historia llena de ternura y bondad en la que Dios se presenta como un padre amoroso y va dándonos a conocer su plan de misericordia y salvación.
"Entonces la paternidad de Dios es amor infinito, ternura que se inclina hacia nosotros, hijos débiles, necesitados de todo." Benedicto XVI
Por Jesucristo conocemos que Dios es nuestro Padre, Dios se hace cercano y se mete de lleno en la historia de los hombres.
"Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios mandó al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de propiciación por nuestros pecados" (1 Juan 4, 8-11)
Llamar a Dios, Padre es la primera y última palabra que oímos del Señor "¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?" (Lc 2, 49); "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46) y Él nos enseñó a orar así "Cuando oréis decid: Padre" (Lc 11,2)
Jesús nos dice que confiados en el Padre es posible vivir sin temor, sin angustiarse por el futuro. Si el Espíritu del Padre está en nosotros, la vida merece nuestra confianza y se abre al futuro con alegría.
Al leer estas cosas, podemos reflexionar sobre nuestra relación con nuestros hijos ¿Cómo actúo en relación con mis hijos? ¿Qué puedo mejorar en el trato con ellos para que brille en mi el Espíritu de Dios?
Dios nos conoce, con nuestras alegrías y nuestros dolores, también conoce nuestras caídas y nuestras debilidades y sus entrañas misericordiosas están esperando que vayamos a pedirle perdón para darnos su abrazo.
Acostumbrémonos a rezar a diario el Padre Nuestro con nuestros hijos, lentamente, entendiendo cada frase y explicándosela a ellos, poquito a poquito, según su entendimiento. Una vez a la semana, quizá los domingos, podemos dedicarnos a hablar con ellos sobre una de las palabras: Padre, cielos, reino... Es una oración llena de significado que, de tanto repetirla, a veces pasamos por alto.
Podemos aprovechar y reirnos un poco con este vídeo
¿Qué pasaría si Dios nos hablara? ¿Realmente nos habla cuando rezamos?
Si tenemos alguna duda, podemos leer la parte del catecismo dedicada a explicar cada una de sus frases: el Padre Nuestro http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p4s2a2_sp.html
Cuando nos tratamos con amor, nos decimos cosas bonitas: mi amor, mi cielo, mi alegría. Nos prestamos atención, nos miramos con cariño... A veces ir a un parque y verlos jugar con otros niños, o podemos recordar cuándo aprendieron a andar, sus primeros pasos, su primera palabra... ¡Qué cara poníamos con sus primeros "mamá" y sus primeros "papá"! En las oraciones también debemos detenernos con el corazón y demostrar nuestro cariño...
En la página 14 del libro hay una actividad muy bonita que podéis hacer en casa en un momento tranquilo.
Explicar este tema es un buen momento para dedicarles un tiempo especial, si tiene más hermanos, quizá aprovechar un ratito a solas con mamá o papá en que se sientan especialmente escuchados, valorados, queridos... Si pasamos por delante de una iglesia, pasar a saludar al Señor que nos espera siempre en el Sagrario ¡Y le podemos saludar! Porque Él nos escucha, nos espera y nos ama...
No hay comentarios:
Publicar un comentario